Durante la Segunda Edad del Hierro, en un amplio territorio de la Meseta occidental de la Península Ibérica, se va a llevar a cabo la producción de un considerable número de esculturas realizadas en granito, que representan toros o cerdos y son genéricamente conocidos como verracos. El elevado número de piezas, que ha llegado hasta nuestros días, hace suponer que estas representaciones debieron desempeñar un papel esencial en la organización social y económica de sus creadores; los vettones, un pueblo céltico al que los autores de la antigüedad mencionan en sus escritos aludiendo a su hábitat y a sus costumbres.
Salvo contadísimas excepciones, la inmensa mayoría de estas piezas carece de contexto arqueológico. De ahí que, en un intento de localizar su procedencia, se haya procurado averiguar el origen de la roca en que fueron esculpidas, las vicisitudes padecidas a lo largo de la historia, su ubicación y vías naturales de expansión de la cultura que las produjo, así como sus propios orígenes, historiografía, evolución interpretativa, entronque popular y situación en el presente analizando el marco legislativo que tutela el Patrimonio Histórico. Un catálogo, lo más actualizado posible, comprensivo de las fichas descriptivas de los ejemplares estudiados, que se documentan en nuestro país, se incluye también en este trabajo.