Nietzsche y la «gran política»: Antídotos y venenos del pensamiento nietzscheano
Synopsis
El centenario de la muerte de Nietzsche también coincide con un resurgimiento del nazismo en Europa central. No pretendemos responsabilizar a Nietzsche de todo lo sucedido en el pasado o en el presente en el plano del pensamiento y de la acción política, sino de medir el grado de su responsabilidad. ¿Es Nietzsche el responsable del nacionalsocialismo, del fascismo o del anarquismo? Evidentemente no; sin embargo, creemos que su pensamiento contribuyó a configurar dichas ideologías. La cuestión reside -repitámoslo- en ver el grado de dicha contribución. ¿Qué reprochamos a Nietzsche? Su radicalismo, su aristocratismo, su individualismo ético; la equiparación injustificada entre socialismo, anarquismo, cristianismo y liberalismo; una concepción de libertad incompatible con la de igualdad, un pensamiento profundamente antidemocrático, el desconocimiento más absoluto de los principios económicos, un pensamiento acrítico que atiende a dinamitar cualquier sistema de derecho, un irrespetuoso machismo incapaz de sustituir lo «eterno femenino» por la transitoriead de las condiciones sociales, su limitación al ideal europeo, una moral de la fuerza absolutamente insolidaria, una tendencia irracionalista que frustra toda convivencia entre vida y razón; en definitiva, el desquiciamiento acrítico de los principios ilustrados sin los cuales la humanidad pierde su fundamento y sentido.